lunes, 11 de octubre de 2004

LA ENCRUCIJADA

No se si os ha pasado alguna vez, imagino que si. Encontraros en una de esas situaciones que te pueden cambiar la vida. Enfrentaros a una decisión en la que cada opción implica una dirección opuesta entre sí.
Estoy nerviosa, me acerco a un cruce de caminos y no se por donde irán mis pasos.
Hubo un tiempo en el que evitaba estos quiasmas. Echaba a andar por el camino grande o, si podía bordeaba cualquier intersección. Con el tiempo aprendí que tarde o temprano se debe optar por un camino y, aun que me aterra, entro directa... al medio de las cuatro esquinas.
Se que en una está mi destino.

La vida tiene estas cosas; te suelta sin plano ni brújula y ahí te las apañes como puedas.

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