jueves, 28 de julio de 2005

ADIOS SAMI

Aun que la mayoría de vosotros me conocéis como Andaya, me llamo Charo y soy la médico generalista de un pequeño centro en un pueblo del extrarradio de Valencia.
Tal vez por la solera de la clínica, son ya cuatro las generaciones atendidas o precisamente por tratarse de un pueblo y no de la ciudad, nuestro centro funciona como una pequeña familia en la que tuve la suerte de ser incluida hace unos años.
Con mis compañeros confío plenamente, tanto a nivel personal como profesional y me siento muy afortunada de tenerles en mi vida. Uno de ellos es el Dr Kamel Sayegh, el cardiólogo. A él le debo la vida de mi padre y muchas lecciones de praxis médica y de calidad humana. Es un hombre tremendamente dulce, con piedad y bondad en la mirada. Un fino sentido del humor y un acento foráneo que deliberadamente exagera cuando quiere marearte y embromarte. Es de nacionalidad siria y lleva mil años viviendo en España. Aquí se formó como médico, se casó con una valenciana de pro y fundó una familia como la tuya o como la mia.
Hace dos meses dejó de venir a trabajar. Su hija Samira había desaparecido una mañana dejando su audífono, padecía de sordera, y sin ninguna documentación.
Todo su entorno, amigos, familiares; todo el mundo nos volcamos en una frenética búsqueda esperando que Sami apareciera, sin preguntarnos los motivos ni las circunstancias.
He de decir que la respuesta en general ha sido impresionante. En la calle, los pacientes, los comercios… Todo el mundo se prestó a difundir la foto y los datos de Samira. Y aquí, en internet, donde Jordi me ayudó a crear la plataforma de búsqueda y miles de personas difundieron el mail que se lanzó desde varios frentes. Los blogers que postearon en su bitácora, los que enlazaron con su página. Los webmaster con aforo de miles de personas en sus páginas y que respondieron a mi demanda de ayuda. A todos ellos, a todos vosotros; GRACIAS.
Esta mañana acabó la búsqueda. La noticia en prensa del hallazgo del cuerpo de Samira, nuestra Sami, descuartizado en un piso de Valencia cerró las puertas a cualquier esperanza.
No quiero caer el lo sensiblero. Estoy mal y no encuentro palabras para expresar la lástima que siento por Kamel y su familia. La pena al pensar en esa joven que ni gritar pudo para pedir auxilio. Y tengo miedo. Me aterra el hecho de que existan personas capaces de hacer lo que ese monstruo ha hecho.
Vi a Kamel en la televisión, envejecido, con la mirada vacía, sin palabras ni argumentos de vida. Los periodistas acosándole con micrófonos, violando ese dolor sin respeto alguno.
Y lloré. No puedo hacer más que llorar.


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lunes, 25 de julio de 2005

25 DE JULIO



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jueves, 7 de julio de 2005

HOY SOMOS LONDRES


Bombas en al menos seis estaciones y tres autobuses londinenses

"...Continúa el caos en la ciudad de Londres en lo que parece un atentado a gran escala. Scotland Yard ha calificado el suceso de "gran incidente" y confirmó que hubo "un elevado número de heridos" y una persona cuya vida "está en peligro", sin poder precisar por el momento más datos. Otros testigos hablan de muchos más muertos..."

Con vuestra inhumanidad sólo conseguís que las personas salvemos nuestras diferencias y nos unamos frente a las bestias.
Hoy me siento inglesa, hoy soy más europea y ante todo más humana y eso es algo que jamás lograréis cambiar.

Hoy somos londres.
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domingo, 3 de julio de 2005

¿DÓNDE ESTÁ EL LÍMITE?

Vivimos bajo un bombardeo constante de publicidad, campañas de marketing agresivas que invaden nuestro subconsciente generándonos necesidades irreales.
La información se esgrime como arma de doble filo donde la baza más importante es la primicia de la noticia. Se devora con rapidez y deja de tener relevancia en poco tiempo. Todo es opinable, todo es comentable, vendible, comerciable.
Esa misma tendencia que tan obvia parece en los medios de comunicación, también la he observado entre los blogs y bitácoras personales. Blogers omnipresentes entre los comentarios de cualquier bitácora que se te ocurra visitar. Leer sus comentarios es descubrir que su paseo se limita a dejar constancia de su presencia pero que realmente no leen el post que visitan.
Bitácoras polemistas que solo buscan la controversia disfrazándola de opinión personal o crítica objetiva. Supongo que vais reconociendo perfiles.
Lo último es crear un blog sobre un personaje ficticio que acaba siendo objeto de iras y pasiones. Y en ese contexto, se exprime y estereotipa esa máscara hasta lo absurdo para aumentar el ranking de visitas.
Y yo me pregunto dónde está el límite, cual es el punto no cruzable, ese que no se justifica ni con la necesidad informativa ni con una estrategia publicitaria ni con el deseo de cierta popularidad.
Qué puede reportar el hecho de recibir “x” visitas si dos tercios de ellas son para insultar o no decir nada y los restantes simplemente devuelven una visita de cortesía.
Y pienso que hay que estar muy sólo o carente de autoestima para necesitar estar en el candelabro (como diría una miss de tantas) a costa de lo que sea.
Lastimoso.
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