-Pues va ser que no- Pensé. Y con las mismas me largué del paraíso con viento fresco. Que Adán también era el primero, pero no el único.
Padre se disgustó mucho, hasta me mandó a los ángeles para que me convencieran. Pero yo sabía que no saldría bien, que si volvía a casa él sería todo amores durante una temporada hasta que le entrara la tontería y volviera a las mismas. Así que hablé con Dios de mis temores y él me entendió. Los amigos de Adán se preocuparon bien de tergiversar la historia y convertirme en un íncubo demoníaco. Las alcahuetas de Edén iban chismorreando por ahí que yo tenia cien hijos diarios con los diablos proscritos.
-Pero vamos a ver señoras, que Dios me hizo mujer no coneja. Si es que hay mala leche hasta en el paraíso.
Mi ex se puso llorón y Padre acabó creando a una compañera para él de su propia costilla. Eva… mi pequeña Eva. Se la mantuvo en la ignorancia de su nacimiento con la esperanza de que esta vez alguien soportara el ego inflado de Adán y el Paraíso volviera a la tranquilidad. Pero Eva salió por peteneras y en cuanto tuvo la oportunidad ella mordió la manzana del conocimiento.
Esta vez Padre no medió en la pareja. Directamente les puso las maletas en la puerta y les dijo aquello de “El casado, casa quiere”.
Y esta es mi historia, y la vuestra, porque mi estirpe, la de Eva y la de Adán se fundieron con el paso de los años. Hoy todos lleváis algo de cada uno de nosotros tres. No importa si sois hombres o mujeres. Hay hombres con el espíritu inquieto de Eva, o con mi alma rebelde. Los hay Adanes, con ese punto miserable de ser superior venido a menos. Por supuesto que mujeres así, haberlas haylas también.
Y en respuesta a la pregunta sobre el origen de los negros… Es evidente ¿no?, Adán y Eva son blancos, pero Dios se pasó cociendo mi barro (ya que Adán le quedó más bien poco hecho).
Yo soy negra.
P.D. Memnoch y Sweetmayo, gracias por la historia.
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