¿No os ha pasado nunca el perder el contacto con alguien a quien realmente apreciáis sin tener ni idea del porqué?
Vivimos rápido, tanto que a veces dejamos en esa carrera valores importantes, personas con peso específico en nuestra historia, que quizás fueron determinantes en ella.
Me considero afortunada. En serio, lo soy.
Ellos, mi gente, me quieren y me aceptan como soy. Con esos extraños silencios de los que sólo ellos saben la causa. Con mis mediocridades y cabezonerías.
Y les se siempre a mi lado, en la distancia si necesito soledad, a mi lado si es su calor el que me reconforta. No se como lo hacen, como saben en cada momento el modo de cuidar de mi. Ponerme las pilas si decaigo, decirme verdades que duelen oír, discutirme equivocaciones obcecadas. Y todo desde el cariño más sincero y desinteresado.
Gracias.
A Suss, Jordi y Nieves
Rescatado de mi blog en ya.com
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