viernes, 5 de noviembre de 2004

SI ES QUE NO NOS EXPLICAMOS

Hoy como cada mañana, mi compañera y yo salimos a tomar un café. Empezamos el día con mal pié. Una analítica que no aparece, una empresa que no se hace cargo de un accidente, un paciente que desconoce su mutua, mis pacientes todos con prisas… Tal vez por eso acabamos tomándonos las cosas con calma y humor.
Xelo, mi compañera, se puso a recordar anécdotas de cuando ella trabajaba en el hospital universitario. Yo acabé llorando de la risa. Bueno, yo y todo dios que la escuchó. Os cuento.
Abuelito, el típico labrador que no ha estado enfermo en su vida, que acude al servicio de radiodiagnóstico con vía cogida (gotero sujeto a una especie de palo con ruedas). Radiólogo, el típico médico inexpresivo que no cambia de cara ni para estornudar. Xelo no ha sabido explicarme qué tipo de prueba le iban a realizar, pero la cuestión es que el señor debe de quedarse desnudo para hacérsela.
El radiólogo desde el cuarto de disparos le dice al anciano por el altavoz;
-Ahora, cójase los testículos y no respire- Voz inexpresiva.
El anciano mira a derecha… mira a izquierda… y todo decidido se agarra de la barra del gotero. Los auxiliares de rayos muertos de la risa pero el médico, tranquilamente le dice al anciano;
-Muy bien, ahora suéltese los testículos, cójase los cojones… Y NO RESPIRE!
Hecho real según Xelo.
Si estoy allí me ingresan con la mandíbula encajada.

Rescatado de mi blog en ya.com

1 comentarios:

Sefarad me dijo:

Jajajaja, me encanta esta anécdota, y es que hay que ser claros ¡coño! Jajajaja, en fin... espero haber rescatado una sonrisa porque sabes que ni en sueños digo eso :(